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lunes, 4 de julio de 2011

Extermina tus gastos ''Hormiga''

Tiempo es dinero

Problema: Taxitis aguditis

‘Al que madruga, Dios lo ayuda'. Aunque suene a frase de la abuela, es una realidad. Si un día a la semana sales tarde y tomas un taxi a tu trabajo (que a la hora pico oficinista puede representar un desembolso de entre 50 y 100 pesos), no hay problema. El desequilibrio surge cuando se convierte en un hábito y el gasto pasa de 50 a 500 pesos cada quincena.

Solución:
Levántate de tu cama 20 minutos antes, te dará tiempo de salir sin prisa e incluso caminar un rato a la oficina, sentirás la diferencia en tu cartera y hasta en tu condición física, garantizado.
En la Ciudad de México, el banderazo de salida de los radio taxis es de 22 pesos, para los taxis de sitio 10.56, 7.04 para los taxis de 4 puertas, y 6.40 para los taxis de dos puertas, así que ten en mente los costos para que no te cobren más si es que llevas mucha prisa. Conocer las tarifas también puede librar a tu bolsillo de abusos.


Adicciones ¿bajo control?

Problema: ¡Necesito despertar!

Son las 09:45 de la mañana y estás sentado frente a la computadora, entre gráficas y documentos con textos larguísimos; tu monitor pasa de tu herramienta de trabajo a un somnífero potente, la única solución es un café, pero como ya te hiciste ‘adicto', no basta con un expreso normal o un americano, tienes que pedirlo doble, latte, con crema, chispas, ¿leche deslactosada por tres pesos más?  Al final, lo que podría ser un gasto de 10 o 15 pesos diarios puede acabar en 40 pesos al día, y eso sin tomar en cuenta el cigarro para ‘complementar tu desayuno'. Es un alto precio por despertar ¿no crees?

Solución:
La respuesta depende de qué tanto tiempo tengas antes de salir de casa: puedes preparar tu propio café en la cafetera (o hasta en un pocillo), y llevarlo en un termo. Ahora bien, si eres de los que queman hasta el agua, pues haz cuentas de cuánto gastas y evalúa que hay fondos de ahorro a los que puedes entrar con el 5% de tu sueldo mensual, Yenún González, gerente de Skandia University, explica que los gastos en café y otros antojos pueden representar una cifra más o menos cercana a una cuota mínima para un fondo de ahorro.


Tarjeta paga

Problema: No me pude resistir­­­­­­­­

Ya diste cuatro vueltas a la plaza pero siempre terminas de pie frente al mismo aparador. Del otro lado, el vestido de tus sueños (o la televisión, chamarra, zapatos, lo que prefieras), te hace guiños y te convence de que si no lo compras habrás dejado ir una oportunidad dorada.

¿El resultado? Dos semanas después, tu estado de cuenta te despierta a la realidad y el vestido que hace unos días lucía como una joya, ahora se burla de ti en el clóset mientras te preguntas cómo le vas a hacer para pagar la mensualidad.

De acuerdo con las cifras del Banco de México, existen  2.2 millones de tarjetas bancarias con problemas de pago, lo cual implica que 5 de cada 100 clientes no cumplirá con el pago mensual para no generar intereses.

Solución:
Evita las compras por impulso. La tarjeta de crédito sin duda es un vehículo de financiamiento atractivo, pero antes de cada compra cerciórate que podrás cumplir con el siguiente pago mensual. No pierdas la noción de tus deudas, si ya destinas más del 30% de tus ingresos al pago de tarjetas (o cualquier otra deuda) tu gasto hormiga ya se convirtió en gasto elefante, ¡mucho ojo!

¡Yo invito!

Problema: Hoy me siento Aristóteles Onassis

¿Te ha pasado que al día siguiente de tu pago quincenal te sientes acaudalado? (aun cuando tu salario no sea alto). Lo que sucede es que la idea de tener todo el dinero junto y disponible genera cierta sensación de poder, por ello, es común que tengas ánimo generoso y quieras demostrar tu afecto a través de una frase ­­­­­­­­­­emotiva y de gran valor sentimental: ‘no te preocupes, yo pago'.

Tan sólo ten en cuenta que de acuerdo con los datos de laCanirac, el gasto promedio por comida en una mesa de más de 2 personas es de 500 pesos, así que piensa: ¿realmente tienes capacidad de ser quien absorba la cuenta?.

Solución:  
Antes que nada: Ser generoso no es un problema. El problema es hacerlo por impulso y sin tomar en cuenta tu presupuesto de gastos fijos; si tus ingresos, por ejemplo, son de 100 pesos y tienes gastos fijos por 50 (transporte, comida, etc.), no puedes destinar 60 pesos a una invitación, pues por más que ahorres no podrás evitar los números rojos antes de tu siguiente fecha de pago. La respuesta al problema es simple: ten en mente cuál es tu presupuesto para cada salida y apégate a él, piensa dos veces antes de tomar esa charola con la cuenta.




Más vale billete en mano…

Problema: ¿Tiene cambio de 500?
Sales de tu casa y vas al cajero automático. Para tu suerte, no había muchos billetes y te tocó uno de 500 y un par (o tres o cuatro) de billetes de más baja denominación. El primer error será buscar cambiar el más grande.

Es importante contar siempre con algo de cambio para poder subir al transporte público o para comprar un refresco o una botella de agua sin que el señor de la tienda te recuerde a todos tus ancestros por querer pagar 5 pesos con un billete de 100. Sin embargo, el contar con demasiado cambio propicia gastos innecesarios (como chicles, paleta o chocolates) que no realizarías de no contar con toda esa ‘morralla'.

Solución:
Ten siempre cambio a la mano, pero no mucho. Planea cuándo es el momento propicio para cambiar un billete de alta denominación, y recuerda: la tentación se reduce en tanto más alto es el valor del billete y más bajo el valor de la compra (innecesaria) que vas a realizar. Es importante que tengas en mente que un presupuesto no sólo es un esquema de planeación, puede ser una guía que te salve de muchos malos ratos y mejore tu calidad de vida en los días previos a la quincena.


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